Buenos Vecinos
Vinilo, pintura, acrílico, boleadoras de cuero y piedra, escenario plano de madera contrachapada y paneles de yeso, mural pintado, acrílico, collage de papel, silicona, pigmento de cochinilla, grabado efímero de la Feria Mundial de Nueva York de 1939 y 1964-65, video clip en bucle de un solo canal, tejido de lana teñido naturalmente (tejido a mano en el taller de Casa González por Silvia Pérez Ruiz, Teotitlán del Valle, Oaxaca, México) con pista de audio, Pla+, resina, laca, pigmento de cochinilla, cel de producción original con fotograma de animación de Los Tres Caballeros, 1944 (tinta y pintura sobre acetato de celuloide con fondo de reproducción en color), ilustraciones de libros infantiles y acrílico, figura del Pato Donald Mold-A-Rama
Medidas variables
Instalación sitio-específica en Queens Museum, curated by Lindsey Berfond, Queens, NYC
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19 de mayo 2024 – 19 de enero 2025
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En Buenos Vecinos, Catalina Schliebener Muñoz se enfrenta al impacto de dos películas animadas de Walt Disney: Saludos Amigos (1942) y Los Tres Caballeros (1944). Ambas películas surgieron de los viajes de investigación patrocinados por el gobierno de Estados Unidos a naciones de América del Sur y Central como parte de la Política del Buen Vecino, que pretendía desalentar la influencia nazi y mejorar la imagen pública de Estados Unidos en América Latina tras sus numerosas invasiones militares a principios del siglo XX. Disney y su equipo de artistas recorrieron Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Perú y México para generar motivos visuales y argumentos para personajes reconocibles como el Pato Donald y Goofy, así como para crear nuevos personajes, canciones y bailes basados en las costumbres y arquetipos locales.
Schliebener Muñoz examina cómo estas películas funcionaron como una forma de poder suave, enlistando los medios infantiles hacia los intereses económicos y geopolíticos de Estados Unidos. A través de la instalación, el collage, la escultura y murales de gran formato, le artista subvierte las representaciones reductivas y exotizadas de las culturas latinoamericanas en las películas para centrarse en sus personajes secundarios y rebeldes desvalidos. Schliebener Muñoz también se enfrenta a las representaciones que hace Disney del género, la sexualidad, la raza y la indigenidad apropiándose y fragmentando la imaginería de las películas para crear narrativas críticas de resistencia. Reconociendo la capacidad de las historias para moldear los sistemas de valores, esta exposición emplea operaciones de reflejo, codificación queer, ambigüedad y humor para desafiar los límites impuestos entre lo real y lo ficticio, lo natural y lo sintético, lo espectacular y lo grotesco.
Cuando la Segunda Guerra Mundial dio paso a la Guerra Fría, Estados Unidos abandonó la unidad panamericana para apoyar golpes de estado y dictaduras en muchos de los países representados en estas películas de Disney. Schliebener Muñoz incorpora materiales de archivo que abordan las secuelas de la Política del Buen Vecino, el intervencionismo estadounidense y la ideología imperialista a través de la historia de la sede del Queens Museum. Este edificio albergó la antigua sede de las Naciones Unidas, donde se tomaron decisiones de distinto rango, desde la partición de Palestina en 1947 hasta la creación de UNICEF, el edificio también se encuentra en los terrenos de la Feria Mundial de Nueva York de 1964/65, donde Disney estrenó la atracción «It’s A Small World». Para Schliebener Muñoz, este contexto es fundamental para comprender el legado de las películas de Disney junto a políticas exteriores hostiles, y cómo el imaginario infantil se convirtió en un vehículo para la proyección de la inocencia y el excepcionalismo estadounidenses en la escena mundial.